Devela el misterio de tu vocación

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Man looks pensively out at a body of water

Nuestra vocación puede no siempre estar clara para nosotros, pero podemos inclinarnos hacia ella a través de la oración—es decir, nuestro propio y único idioma y relación con Dios. (Photo: Bangkit Ristant, Unsplash)


SI ESTÁS LEYENDO este artículo, es probable que estés en un momento importante de tu vida. Te estás preguntando cómo te llama Dios y cómo quieres estar plenamente vivo y ser plenamente tú mismo. Tal vez sientas esa pequeña vibración dentro de ti, esa atracción magnética para hacer caso a tu corazón, pero también ese miedo de "oh, Dios, esto es real" que te detiene en seco.

No te preocupes. Tu alma está bien cuando tienes estos sentimientos de excitación y terror a la vez. Es lo que el filósofo y teólogo Rudolf Otto denominó mysterium tremendum et fascinans. (¡Sabes que es legítimo cuando está en latín!) Mysterium tremendum et fascinans puede traducirse como "misterio temible y fascinante," en el que nos sentimos atraídos y fascinados por el misterio que se desarrolla en nuestro interior y a nuestro alrededor, pero también temerosos, incluso aterrorizados, por lo asombroso y abrumador de ese misterio.

Siempre he encontrado que la presencia simultánea de estas dos cosas—tremendum et fascinans—es un buen indicador de que estoy en la zona de discernimiento. A menudo, cuando he discernido cosas en mi vida, estos sentimientos aparecen de improviso, acercándose sigilosamente hasta que ya no puedo soportar fingir que todo está normal en mi corazón. Tengo que detenerme, calmarme y decir: "Oh, sí, conozco este sentimiento," y entonces puedo empezar a discernir. Otras veces, sé que hay un gran momento en el horizonte, como cuando me gradué en la universidad. Sabía que sería una transición enorme para mí, y era consciente de que quería dar cada paso con Dios. Sin embargo, tremendum et fascinans, el miedo y la atracción, me acompañaban como un par de buenos amigos que querían lo mejor para mí.

Tanto si entras intencionalmente en el discernimiento como si te sorprende, éste es un don del Espíritu Santo que nos lleva a ser conscientes y a estar atentos a cómo Dios se mueve y nos llama en nuestra vida. Es un "método para buscar la voluntad de Dios en situaciones concretas," escribe el sacerdote Jesuita Padre Jules Toner, S.J. en Discerning God’s Will.

Respira y relájate

El primer paso del discernimiento es respirar profundamente y relajarse en la presencia de Dios. Se trata de tu relación con Dios, de quien el salmista escribe: "Tú formaste mi ser íntimo; me tejiste en el vientre de mi madre" (Salmos 139:13). El discernimiento empieza por acercarse a este Dios y dejarse abrazar amorosamente por él. Recuerda que es una relación, un intercambio de corazones con Aquel a quien amamos y que nos ama entrañablemente.

Da este primer paso a la oración, pidiendo a Dios que te muestre su amor y afecto por ti y que te ayude en este camino de discernimiento.

Young woman praying
La voluntad de Dios puede parecer insondable. Pero siempre, el deseo más profundo de Dios es que florezcamos y vivamos en el amor. (Photo: Gracious Adebayo, Unsplash)

Clasifica lo que dificulta o ayuda

El segundo paso del discernimiento es abrirnos a Dios y ordenar las cosas de nuestra vida que pueden estar entorpeciendo nuestra relación con Él y aquellas que la están facilitando. Es como una limpieza de primavera del alma, en que por fin sacamos todas esas cajas—cosas no deseadas para la tienda de segunda mano y piezas extrañas que pertenecían a algo que ya ni siquiera poseemos. Después tenemos más espacio para movernos, pensar con claridad y tomar nuevas decisiones. También podemos descubrir tesoros ocultos—mi viejo y ajado ejemplar de A Wrinkle in Time, que me encantaba literalmente, un colgante en forma de cruz de un querido amigo ya fallecido que dice: "Miren, yo estoy con ustedes siempre" (Mateo 28:20)—cosas que nos recuerdan quiénes y de quiénes somos y siguen apoyándonos en nuestro viaje de vida.

Sé activo en este proceso de orden mental y espiritual, y avanza continuamente hacia lo que te libera para ser tú y acercarte a Dios.

Apóyate en Dios

El tercer paso del discernimiento, ahora que tienes un poco de espacio espiritual para moverte, es afianzarte en Dios, mirar tu vida, tu camino y tus elecciones a la luz de la voluntad de Dios. Está claro que es una buena idea, ¿no? Bueno, sí, siempre que tu definición de claro sea " ¡claro como el barro!" Conocer la "voluntad de Dios" rara vez, o nunca, es un proceso claro como el cristal. Es más bien como andar en bicicleta por la noche, donde sólo puedes ver 500 pies delante de ti, con distancias sucesivas que salen a la luz sólo a medida que avanzas. Todo lo demás queda envuelto en la oscuridad.

Pero tenemos que recordar que la voluntad de Dios no es un secreto imposible de conocer, que aprobamos o fallamos. La voluntad de Dios es más bien Su deseo más profundo para nosotros, un deseo de vernos florecer y amar a Dios y a los demás, incluida toda la creación. La forma en que se manifiesta ese deseo es realmente la mejor manera de que funcione en tu vida.

Es posible que la voluntad de Dios no esté siempre clara para nosotros, pero podemos apoyarnos en ella a través de la oración—es decir, de nuestro propio lenguaje y relación con Él, especialmente porque Dios se ha acercado a nosotros a través de Jesús, llamado Emanuel, o "Dios con nosotros." También tenemos muchas otras cosas que ayudan a nuestro discernimiento—las Escrituras y la tradición de la Iglesia, los santos entre nosotros y quienes habitan ahora en la luz, y la revelación de Dios a nuestro alrededor y dentro de nosotros. También es importante encontrar alguien que pueda servir de director espiritual, una especie de mentor para discernir el movimiento de Dios en tu vida.

Elige las "ayudas" que aportan luz a lo largo de tu viaje ¡y mantente siempre abierto a las pequeñas sorpresas de la gracia en lugares inesperados!

A college student talks to Sister Laura Leming, F.M.I.
Parte del proceso de discernimiento es hablar con un amigo espiritualmente sabio. Aquí, un  estudiante universitario habla con la Hermana Laura Leming, F.M.I. (Cortesía de las Marianistas)

Evita la "parálisis del análisis”

El cuarto paso del discernimiento es no dejarse atrapar por la "parálisis del análisis". Todos hemos pasado por eso. Pensamos, rezamos, nos obsesionamos y hablamos tanto de algo que terminamos congelados porque parece que hay infinitas opciones y perspectivas. Cuando me bloqueaba así mientras estaba discerniendo el llamado a ser una Hermana IHM, mi mentora espiritual y amiga, Margaret, citaba el libro de Frederick William Faber, Growth in Holiness, or the Progress of the Spiritual Life:

Ahora es el momento del coraje, ahora es la prueba de nuestro verdadero valor. Estamos empezando a recorrer las regiones centrales de la vida espiritual, y son, en general, senderos del desierto... El alma a la que me dirijo... [está] muy dispuesta a sentarse y dar el asunto por perdido... Por el amor de Dios, no te sientes. Si lo haces, todo habrá terminado.

Puede parecer que no estamos llegando a ninguna parte, dice Faber, pero sigue adelante y confía en tus pies en el suelo y en el horizonte en la distancia. Ese horizonte, por supuesto, es el Santo Misterio de Dios, que nos llama a avanzar y está con nosotros en cada paso del camino.

No tengas miedo, entonces, de actuar, de dar un paso adelante, de salir de tu zona de confort y entrar en un espacio de posibilidad. No te sientes, y sigue persiguiendo a Dios, aun mientras Dios te persigue a ti.

Estos son, entonces, algunos de los pasos básicos del discernimiento, que fácilmente se superponen y no son necesariamente secuenciales o "de una vez". El discernimiento es más bien un arte y debe ser fluido, creativo y tan único como tú. Estos pasos son guías probadas a lo largo del camino que han enriquecido a muchos.

Ten la seguridad de mis oraciones y de las oraciones de muchas personas que te quieren y desean que vivas plenamente como tú mismo. 

Una versión previa de este artículo apareció como presentación de la serie de webinars de NRVC “La vida religiosa hoy: ¡Conócela! ¡Ámala! ¡Vívela!” Encuentra más información sobre la serie aquí: nrvc.net/webinars.

ARTICULO RELACIONADO: VocationNetwork.org, “Cuatro pasos para el discernimiento vocacional.”

Sister Julie Vieira, I.H.M.
La Hermana Julie Vieira, I.H.M. pertenece a las Hermanas Siervas del Inmaculado Corazón de María con sede en Monroe, Michigan. Es escritora, conductora y guía espiritual.

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